Proceso digestivo: Órganos y sistemas que participan

Autor: Herbalife | Tiempo de lectura: 3.73 minutos
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La digestión es una de las funciones vitales de mayor importancia que posee el ser vivo. El proceso digestivo tiene una implicancia de varios órganos y sistemas desde que el alimento ingresa a nuestro organismo mediante las señales enviadas por nuestros sentidos, hasta que este es evacuado. 

La digestión es un proceso esencial para la obtención, producción y utilización de energía. Además, gracias a este proceso conseguimos todos los nutrientes que el cuerpo necesita para su correcto funcionamiento y de ese modo evitar presentar signos y padecer síntomas relacionados a cualquier tipo de deficiencia nutricional. 

¿Dónde empieza el proceso digestivo? 

Los investigadores del libro “Dietoterapia de Krause” indican que el proceso digestivo inicia desde que pensamos en nuestra próxima comida o desde que la olemos, lo que se conoce como fase cefálica de la digestión. Lo cual demuestra que el sistema digestivo tiene una estrecha relación con las hormonas y con el sistema nervioso. Por ejemplo, cuando olemos nuestro alimento favorito, las señales son enviadas desde el sentido del olfato hacia el cerebro, el cual como respuesta iniciará una secreción de hormonas relacionadas a la digestión que promoverán la preparación del proceso digestivo para la llegada del nuevo producto alimenticio. 

Una vez ocurre este proceso, ingerimos el alimento e iniciamos con la “digestión mecánica” o también conocida como la masticación. En la cavidad oral, se secretan enzimas encargadas de degradar los carbohidratos y en cierto porcentaje a las grasas. 

Al formar el bolo alimenticio con ayuda de la masticación y la deglución mediante el músculo de la lengua, mediante movimientos peristálticos, el producto pasa por el esófago rápidamente y llega hasta el esfínter superior del estómago. El píloro, permite el paso del bolo alimenticio, para su posterior degradación mediante los jugos gástricos. 

¿Qué órganos participan del proceso digestivo? 

Cuando el bolo alimenticio llega al estómago, se inicia el proceso digestivo de las proteínas. La secreción de jugos gástricos inhibe la acción de las enzimas provenientes de la cavidad bucal y permite la digestión del macronutriente proteico. Además, en el estómago ocurre la separación de la vitamina B12 de la proteína y facilita su absorción para su próximo almacenamiento. 

Una vez se haya cumplido el proceso digestivo en el estómago, se produce el quimo y atraviesa el esfínter cardias, permitiendo el acceso a la primera porción del intestino delgado o duodeno. En esta parte del proceso digestivo, intervienen la vesícula biliar y el páncreas. Estas secretan la bilis y los jugos pancreáticos, respectivamente. Gracias a las enzimas presentes en los jugos digestivos previamente mencionados, se continúa con la degradación de carbohidratos, proteínas y grasas, obteniendo como resultado el quilo. 

Conforme van atravesando los alimentos por la primera porción del intestino delgado, estos continúan el proceso digestivo de degradación hasta llegar al yeyuno. En la segunda parte del intestino delgado, se van absorbiendo un porcentaje de nutrientes qué ya han sido degradados. Mediante movimientos peristálticos, llegan hasta la última porción del intestino delgado (yeyuno), donde se absorbe la mayor cantidad de nutrientes qué contenía el alimento. 

Por último, los productos resultantes del proceso digestivo qué el cuerpo se vio incapaz de procesar, llegan hasta el intestino grueso. A lo largo del intestino grueso ocurre la degradación de los productos ricos en fibra, por medio de las colonias de bacterias intestinales, y se va formando una masa compacta que se elimina a través del ano. 

¿Cómo puedo contribuir a mi bienestar digestivo? 

  • Controla el proceso de la masticación: Como podemos notar, la digestión mecánica es una parte importante del proceso digestivo. Por esa razón, te recomendamos que realices la masticación de manera consciente, con la finalidad de que te asegures que tritures correctamente los alimentos. 

  • Adecuado consumo de fibra: El proceso digestivo puede mejorar mediante un adecuado consumo de fibra. Varias investigaciones aseguran que los alimentos fibrosos tienen la capacidad de mantener saciado al individuo y con ello promover la pérdida de peso. Además, el consumo adecuado de fibra puede acelerar el proceso de evacuación, ya que les da mayor volumen a las heces y facilita su salida del organismo. 

  • Cumplir con tus requerimientos hídricos: Al igual que el punto anterior, consumir adecuadas cantidades de agua permite qué la evacuación sea más fácil y cómoda para el individuo. Debido a que, en la última parte del proceso digestivo, el colón comienza a absorber agua proveniente de la masa fecal para darle forma y consistencia. En síntesis, a menor cantidad de líquido que consumas, la consistencia de las heces será más compacta. Es por ello que, al cumplir con tus requerimientos hídricos, disminuye el riesgo de padecer estreñimiento. 

La microbiota intestinal y el proceso digestivo ¿Tienen estrecha relación?

El microbiota intestinal se podría definir como una colonización de microbios beneficiosas para la salud, con capacidad de degradar productos alimenticios resistentes a la acción enzimática que ocurre durante el proceso digestivo. La microbiota intestinal se desarrolla desde el momento de nuestro nacimiento, al pasar por el conducto uterino nos protegemos del exterior con microflora uterina. Con el paso de los años, la vamos desarrollando y adaptando a nuestra alimentación. En base a este último punto, es de suma importancia destacar que la alimentación saludable interviene estrechamente en el mantenimiento de una microbiota intestinal balanceada. En relación con ello, el yogurt natural es una fuente de bacterias buenas para promover la colonización intestinal. Mientras que, la fibra funciona como alimento esencial para estas colonias de bacterias.

La microbiota intestinal en buen estado permite que el individuo se mantenga saludable y disminuye las probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles, como: diabetes mellitus II, hipertensión, síndrome metabólico, obesidad, enfermedad de Crohn, síndrome de intestino irritable, enfermedad de intestino irritable, celiaquía, entre otras patologías. Si mantenemos la microflora intestinal en balance, aseguramos que el proceso digestivo de alimentos ricos en sustancias resistentes a la degradación ocurra correctamente. 

En ese sentido, podemos afirmar que la microbiota intestinal tiene estrecha relación con el proceso digestivo. Ya que, forma parte fundamental de la degradación de los alimentos resistentes a la degradación enzimática. Por esto, una microbiota intestinal en buen estado puede contribuir al correcto funcionamiento de la digestión, de modo que puede ayudar a mantener el bienestar   de los órganos y sistemas que intervienen en el proceso digestivo.  

Referencia: Mahan, L. K., & Raymond, J. L. (2017). Krause. Elsevier Health Sciences Spain-T. Vol. 14. pp. 60 - 104.